El Poder la Danza
El Poder de la Danza
Desde tiempos inmemoriales la danza ha sido fuente de inspiración, ritual y poder. En las civilizaciones y tribus más antiguas estaba presente como forma primal de expresión.
La inteligencia del cuerpo y la memoria que hay en él es infinita y su lenguaje es el movimiento. Toda nuestra historia está inscrita en nuestras células, tejidos, músculos y órganos.
En cada parte hay información muy valiosa que contiene y revela nuestra experiencia de vida. CUÁNDO BAILAS CONSCIENTEMENTE TODA TU VIDA SE MUEVE PARA RECUPERAR SU EQUILIBRIO Y ARMONÍA NATURAL.
El movimiento primario es el de la respiración, que a su vez puede ser considerada como una danza en sí misma, sutíl y poderosa.
Tomar conciencia de nuestra respiración nos permite estar presentes en el aquí y ahora
con nosotros mismos y con nuestro entorno. Cuando sentimos nuestra respiración podemos notar también alguna parte de nuestro cuerpo que pide nuestra atención, podemos contactar con nuestros sentimientos o con nuestros
pensamientos; abriéndonos las puertas para acceder la sabiduría innata de nuestro cuerpo.
Nuestras experiencias de vida, nuestros aprendizajes, nuestras preocupaciones, nuestros miedos, todos son expresados diariamente a través de nuestro movimiento. La vida comienza y termina en el cuerpo. Durante los nueve meses en el útero todo lo que podemos percibir es movimiento. Siendo recién nacidos estamos llamados a explorar y conocer nuestro cuerpo, todo es nuevo. Así pues la infancia es por excelencia la etapa en la cual vida es sinónimo de experiencia corporal.
Al ir creciendo desarrollamos patrones de movimiento que al paso del tiempo limitan nuestra expresión: cierta postura, manera de caminar, de hablar, comer, dormir, bailar, etc.
Así también, vamos desarrollando un sistema de creencias las cuales, con el paso del tiempo, se solidifican y se vuelven incuestionables y si bien nos dan seguridad, inconscientemente limitan nuestra apertura a la propia transfomación. Volver a habitar nuestro cuerpo a través del movimiento así como re-conectarnos con nuestra expresión corporal es imprescindible para el desarrollo de nuestras potencialidades.
Es entonces que la danza consciente se convierte en una poderosa herramienta de transformación y sanación.
EL MÉTODO TAMALPA ARTE Y VIDA PROPONE EL MODELO DE LOS TRES NIVELES DE CONCIENCIA Y RESPUESTA DESARROLLADO POR DARIA HALPRIN (2003):
Nivel físico, nivel emocional y nivel mental. Un cuarto nivel, el espiritual, se refiere a la integración y trascendencia de los primeros tres niveles.
Estos tres niveles están localizados y se expresan en el cuerpo.
EL CUERPO FÍSICO
Es el nivel mas tangible puesto que pertenece al plano de lo que podemos ver, saborear, sentir en nuestro cuerpo, tocar, escuchar, oler, experimentar el movimiento, etc. El nivel físico a su vez nos pone en contacto con el mundo y el medio ambiente que nos rodea. Las maneras en las que nos podemos ayudar para tomar conciencia de nuestro cuerpo físico es haciéndonos conscientes de nuestra respiración, postura, gestos, movimientos, nuestro cuerpo en el espacio, sensaciones corporales, etc.
EL CUERPO EMOCIONAL
Incluye sentimientos y emociones.
La manera en la que podemos acceder a este nivel es reconociendo cómo nos estamos sintiendo en un momento determinado.
EL CUERPO MENTAL
Está conformado por imágenes, recuerdos, historias, pensamientos, fantasías; este cuerpo mental cultiva la creatividad.
EL MODELO DE LOS TRES NIVELES permite que la persona reconozca a sus patrones, así como explorarlos y experimentarlos en el aquí y ahora, iniciando un proceso creativo de desarrollo de nuevos recursos y de auto-actualización. A través de la danza, el arte y la narrativa, entramos en un proceso creativo que expande nuestra consciencia que nos permite acceder a esta sabiduría y desde ahí, descubrir nuevas claves de autoconocimiento. Aprendemos de esta forma, a dialogar con nuestras emociones y conectar nuestros aspectos: físico, mental y emocional.
La mente no puede moverse más rápido que el cuerpo,
cuando logramos que ésta se aquiete, es la danza misma quien toma
protagonismo y el movimiento se vuelve meditativo.
Aquí es cuando ocurre la magia de la sanación.