Anna
Halprin

“Ana logró darle un nuevo significado a la danza y su rol en la sociedad.
Desarrolló formas y rituales donde el foco está en los problemas de la vida cotidiana: sicológicos y físicos, abriendo así nuevas posibilidades de resignificar y sanar”.

Lawrence Halprin, marido de Anna.

Desde finales de los años 30 Anna Halprin ha dado un vuelco revolucionario en la danza.
Ha influenciado y trabajado con reconocidos exponentes de las artes y la música.
Más allá de las nociones tradicionales de la danza, Anna extendió esos límites para dar cuenta de temas sociales, construir y desarrollar diferentes aspectos y temáticas comunitarias. Comenzó a indagar en la sanación física y emocional y a conectar a las personas con la naturaleza. En los años 60, creó la primera compañía de bailarines multirracial, colaborando activamente a través de la danza, en importantes temas de justicia social.

Cuando fue diagnosticada con cáncer a principios de la década de 1970, utilizó el baile como parte de su proceso de curación y posteriormente, creó innovadores programas de baile para pacientes con cáncer y SIDA. De esta forma se transformó en una pionera en el área de las artes expresivas aplicadas a la sanación.
En 1978 cofundó, junto a su hija Daria, el instituto Tamalpa www.tamalpa.org.
Actualmente Tamalpa sigue teniendo como visión lo que hay en el corazón de Anna: usar la danza como medicina para sanar y como una herramienta para generar armonía y paz en el mundo.

 

DANZA PLANETARIA

Por más de 35 años, Anna ha liderado el ritual que ella bautizó como “Danza Planetaria”, el cual se ha realizado en más de 40 países con la intención de enseñar y guiar colectivamente a grandes grupos de la humanidad hacia la paz y la sanación. En el 1995 más de 400 personas participaron de esta performance en Berlín, en conmemoración del aniversario número 50 de la firma de los acuerdos de Potsdam al fin de la segunda guerra mundial. Recientemente, Anna llevó esta danza planetaria a Israel para rezar en movimiento por la paz contando con la presencia de palestinos e israelíes.

 

Junto a su marido, Lawrence Halprin, desarrollaron innovadores métodos de creatividad colectiva.
Lideraron talleres de experimento y espacio en donde convocaron a arquitectos, bailarines y artistas para generar consciencia sobre los espacios urbanos y rurales.
Durante su carrera, Anna escribió tres libros y creó más de 150 performances de danza, algunas de las cuales fueron registradas y llevadas a formato de documental como es el caso de “Returning home”, “Breath Made visible” y “Seniors rocking” (2005), una pieza emblemática sobre el envejecer en la cual 50 adultos mayores, todos de diferentes origenes socioculturales y socioeconómicos, se balancean en sus sillas mecedoras para finalmente ponerse de pie y caminar todos juntos de la mano, simbólicamente dejando el espacio libre a las nuevas generaciones.
En cada uno de estos registros, lo que surge es espíritu vibrante de Anna y el poder de la danza para involucrar a personas de todas las edades y contextos. La Coalición de la herencia de la danza de Estados Unidos, nombró a Anna como uno de los 100 tesoros americanos irremplazables de la danza.
En el siguiente enlace puedes encontrar una entrevista que Carla Nivedita tuvo la oportunidad de hacerle a Anna el año 2013 en Esalen, Big Sur, California.